Shadow Warrior / Ninja Gaiden
Shadow Warrior / Ninja Gaiden
La luna llena, en todo su esplendor, brilla bajo la tranquila noche iluminando el prado con una luz mortecina, pero bella. Nada perturba el ambiente, y la hierba se deja mecer suavemente por el ligero viento. Negros nubarrones, que anticipan la tragedia, empiezan a formarse, mientras en un claro, vemos a dos ninjas de pie, uno frente al otro, en silencio. Saben que esa será la última batalla que librará uno de ellos, y escrutan la mirada del contrario para anticipar sus movimientos. De repente, ambos inician una carrera, saltando en el aire con la intención de herir mortalmente al oponente. Las espadas cortan el aire, chocan, y los dos guerreros caen al suelo. Mientras uno se mantiene impasible, el otro no logra aguantarse en pié y cae. Ha perdido.
¿Contra quién luchó en un duelo a muerte mi padre y perdió? Por que lo hizo? Estas dudas asaltan al joven Ryu Hayabusha, hijo de Ken Hayabusha, y ahora último miembro del clan del dragón. Antes de morir, Ken dejó a su hijo una carta en donde le explicaba que iba a luchar en un duelo a vida o muerte en América. Si el no volvía, su misión era llevar consigo la espada del dragón del clan Hayabusha a América y buscar al arqueólogo Walter Smith. Con las últimas palabras de la carta de su padre (“sé valiente, Ryu”), aún grabadas a fuego en su mente, nuestro protagonista clama venganza y emprende su viaje al nuevo continente, sin saber que grandes peligros le aguardan allí.
Este apasionante argumento es contado al principio del juego, mediante escenas cinématicas, y es solamente la punta del iceberg de lo que te vas a encontrar en este juego.
El Ninja Gaiden original fué una recreativa de mediano éxito protagonizado por nuestro ninja, que recorría las calles eliminando a sus enemigos al más puro estilo beat´em-up. Cuando Tecmo se decidió a hacer una versión para consola, se tomaron muchas libertades, hasta cambiar casi totalmente el juego original, logrando uno de los momentos cumbres en las consolas de 8 bits. El primero de estos cambios, y uno totalmente revolucionario, fué el ofrecer una buena historia, que se alejaba del típico argumento de la época de “rescatar a la princesa”, y que se mostraba después de cada fase con escenas de una calidad increible para la fecha y consola que fueron concebidas.
Además, ver un buen argumento en un juego de acción era algo totalmente novedoso y original, y empujaba a jugar alguna fase más para ver que es lo que iba a ocurrir a continuación, añadiendo más credibilidad y emoción al juego, y haciendo que lo disfrutaras más.
El otro gran cambio respecto a la recreativa original, y otro gran acierto, fué el ya mencionado estilo del juego. De un beat´em-up de limitados movimientos, Ninja Gaiden pasó a ser un juego de plataformas en el que no faltaba la acción ni un solo instante. Nuestro ninja era ahora capaz de realizar muchas acciones, desde eliminar a los enemigos con la espada hasta dar acrobáticos saltos, engancharse en las paredes para evitar caer al vacío o acceder a sitios elevados, y hasta utilizar magias ninja, todo con total precisión.
Eso es, en mi opinión, lo que hizo triunfar a Ninja Gaiden de la manera tan rotunda como lo hizo. Ningun juego, antes o después, ha conseguido superar la sensación de estar metido en la piel de un ninja, como este, y su secuela, lograron. Ryu se deja jugar con total facilidad, y no tendrás ningún problema en manejarlo en todo momento por los escenarios plagados de enemigos y plataformas difíciles de alcanzar. Los 7 niveles (con varios subniveles) de los que se compone el juego van proponiendo retos de dificultad creciente, pero siempre superables.
Al principio te costará avanzar a la siguiente fase, pero siempre que pierdas sabrás porque has fallado, y lo volverás a intentar. Con la práctica, podrás recorrer los escenarios que antes te daban problemas, hasta que te encuentres con el siguiente reto a superar. Jugar a Ninja Gaiden resulta muy gratificante porque eres consciente de que cada vez que juegas, lo haces un poco mejor, hasta que llegas a pasarte al juego, y luego, a dominarlo, e incluso acabar con tus enemigos como si estuvieras metido en la piel de un verdadero ninja.
Es imposible hacer un comentario de Ninja Gaiden y no mencionar que su banda sonora es de las mejores que pasaron por la consola de Nintendo. Las músicas son de las que se aferran en tu cabeza, de las que disfrutas oyendo y acrecientan la emoción al jugar. Todas crean el ambiente perfecto en la fase en la que suenan, y aunque algunas se repitan, nunca llegas a tener la sensación de estar cansado de oír alguna de ellas. Incluso hay algunas dignas de ser consideradas obras maestras de la Nes, como la música de la intro o la de la fase 4-2.
Por otro lado, los gráficos son algo difíciles de valorar. Por una parte tenemos las escenas que muestran la historia entre fase y fase, y a las que no se les puede poner ninguna pega, porque son muy numerosas, y de una calidad que bien podrían haber sido incluidas en un juego para una consola de 16-bits. Imágenes en primer plano de Ryu en el que se nos muestran los rasgos de su rostro y lo que piensa en cada momento, personajes atractivos y misteriosos a cada paso, escenas a pantalla completa... Un festín visual. Una lástima que los gráficos dentro del juego no estén al mismo nivel.
Los escenarios tienen un efecto de profundidad muy conseguido, y los escenarios son muy variados y con buenos detalles, pero los enemigos se repiten bastante, y algunos fondos pueden hacer que, o bien tu personaje o los proyectiles de los enemigos sean invisibles por momentos. Aún con estos fallos, los gráficos de Ninja Gaiden están por encima de la media.
Este juego siempre ha sido conocido por su dificultad, y la verdad es que no es exagerado. Las primeras fases son bastante fáciles, pero una vez pases la mitad del juego, vas a necesitar algo de estrategia y mucha habilidad para continuar, pero por unos motivos que pueden arruinar el juego para los que no les gusten los retos. Uno de ellos es que el personaje siempre retrocede cuando es golpeado, algo así como en la saga Castlevania, así que vas a tener que ser totalmente preciso en tus saltos o verás como tu ninja cae al vacío. El otro motivo si que no tiene ni pies ni cabeza por parte de Tecmo. Si pierdes en el monstruo final, no un continue (que son infinitos, por cierto), sino una simple vida, retrocederás hasta la fase 6-1, obligándote a repetir las fases más difíciles del juego, lo que puede convertirse en una pesadilla.
Para los que se desesperen fácilmente, es recomendado que empiecen jugando a la segunda parte, que es más fácil (pero no esperes tampoco un paseo por el parque). Sin embargo, la dificultad de Ninja Gaiden es un arma de doble filo. Puede echarte para atrás (en cuyo caso recomiendo que hagas lo que he dicho unas líneas más arriba) o hacer que no pares hasta pasarte el juego, descubriendo donde están cada uno de los ítems escondidos del juego, como ataca cada enemigo, como derrotar a los jefes...
Las palabras quedan cortas para describir la experiencia que supone jugar al Ninja Gaiden. Si aún no has probado este juego, deberías hacerlo, porque muy pocos pueden presumir de ser mejores que este, y por eso se ganó con todo derecho desde el día en que salió, el título de clásico. La estimulante historia, unos buenos gráficos y una envolvente banda sonora, junto con un desarrollo lleno de acción y sorpresas, especialmente para un juego de este género, hacen a Ninja Gaiden un juego de lujo para disfrutarlo en tu Nes.
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