The Mojon Twins

Su primera incursión en el mundo de la NES llegó en 2013 con la publicación de Sir Ababol, un juego de plataformas bastante recurrente. Desde entonces no han parado de sacar videojuegos, año tras año, para NES y otros soportes.

La historia de The Mojon Twins tuvo su origen en un suceso ocurrido durante una helada noche del más caluroso verano que se recuerda en 1916 por Thomas Ubrhes cuando se dirigía a la nevera para tomarse el nesquik de antes de irse a dormir. De repente, una gran luz salió del cartón de leche y lo que parecía un holograma fue proyectado encima del fregadero. Se trataba de Vah-ka, el lider de los Terneros Cósmicos que a voz en grito no dejaba de repetir: "Fundarás los Mojon Twins, fundarás los Mojon Twins, fundarás..."

Thomas no dejó terminar la frase, puesto que era la típica persona a la que solo hay que repetirle las cosas una vez. Tiró el cartón de leche a la papelera de reciclado (un tipo adelantado a su época) y cerró la nevera. Cuando estaba en la cama analizando lo ocurrido y buscando sentido a su vida, decidió dedicar el resto de su existencia (murió en 1918) al estudio de la vaca frisona y a escribir relatos de ciencia ficción con tan noble animal.

Muchos años más tarde, un grupo de jóvenes osados descubren en la biblioteca un ejemplar de El ataque de los terneros cósmicos, el bestseller de Thomas y el inquietante mensaje que Vah-ka le repitió. Después de leerlo 45 veces (no son de esas personas que haya que repetirle las cosas una vez sólo), se dieron cuenta de cuál era el sentido de sus vidas, y decidieron que ellos nacieron para continuar lo que aquél lider cósmico terneril había comunicado a Thomas.

Así nació The Mojón Twins, un grupo que en principio no tenía demasiado bien definido su campo de acción. Comenzaron buscando su sitio, como otros tantos grupos, dedicándose en sus inicios a la cría de alcachofa de lunares, obteniendo cuantiosos beneficios que les sirvieron para comprarse cada uno un tico-tico de sandía. Esta ochentez tan bestiaja causó daños irreparables a sus cerebros, obligándolos a transformarse las noches de luna llena en desarrolladores de juegos retro. Ahora sobreviven como soldados de fortuna. Si usted se aburre y se los encuentra, quizá pueda convencerles de que le hagan un juego.